11 de julio de 2012

"Cuando una persona sabe para donde va, el mundo entero se aparta para darle paso...."

La MOTIVACIÓN puede definirse como la capacidad del ser humano para orientar su conducta hacia un determinado objetivo. De hecho, la mayor parte de las conductas llevadas a cabo por los seres humanos incluyen algún componente motivacional.


La motivación para el logro se manifiesta cuando las necesidades básicas están satisfechas y los seres humanos orientan su conducta a la superación personal, a conseguir determinados objetivos personales y a la competencia en determinadas áreas. De este modo, se ha comprobado que las personas con una elevada necesidad de alcanzar logros se caracterizan por su tendencia a preferir aquellas tareas que les supongan retos moderados y a perseverar en su consecución.


Para conseguir que los niños orienten su conducta a la consecución de logros es necesario intervenir tanto desde el hogar familiar como desde la escuela, fomentando y reforzando los logros independientes, en lugar de controlarlos en exceso con recompensas y amenazas. Diversas investigaciones realizadas al respecto han puesto de manifiesto que los hijos primogénitos son los que tienden a mostrar una mayor motivación para el logro, ya que las pautas educativas que reciben en sus hogares son diferentes a las que reciben el resto de hermanos.




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