27 de enero de 2013

¿Por qué es bueno que nuestros hijos sean felices?


Si educas y enseñas a tu hijo para que sea bueno y feliz, estarás ayudando a que mi hijo también sea bueno y feliz cuando se crucen en el camino. Y si mi hijo es feliz, él también contribuirá a que otros lo sean. Esta hermosa cadena no acaba aquí, porque cuando tu hijo y mi hijo sean adultos y tengan una profesión (maestro, tendero, médico, taxista, presidente del gobierno o cualquier otra) encontrarán a muchas otras personas en su camino a quienes transmitirán lo mejor de sí mismos. Sin duda, ello revertirá en un mundo mejor para todos. Merece la pena intentarlo, ¿verdad que sí?

Cómo conseguir que los niños disfruten plenamente de sus vidas: sus virtudes y sus fortalezas


Los padres que sean capaces de educar a sus hijos según el punto de vista de la psicología positiva y de involucrarse activamente en esta tarea sin duda estarán contribuyendo a prevenir que sus hijos sufran ciertos problemas psicológicos y sociales en el futuro. Dicho de otra forma, los adultos, padres, madres, abuelos y educadores en general que se dediquen con determinación a potenciar a estos niños, estarán sentando las bases para que el día de mañana éstos se conviertan en personas sanas emocionalmente y, por extensión, felices.
 
 

Podemos definir las fortalezas del carácter como los aspectos psicológicos que definen a las virtudes, y a su vez las virtudes como las características nucleares y centrales del carácter. Quiero hacer hincapié en que estas fortalezas son transculturales y universales, y lo que es más sorprendente, son capacidades que se adquieren, de las que disponemos todas las personas en mayor o menor grado y que contribuyen positivamente a alcanzar la excelencia del individuo en todas y cada una de sus facetas (individual, social, intelectual, etcétera).

Los últimos trabajos en psicología positiva determinan que esas fortalezas y virtudes no son ni algo abstracto, ni algo mágico; de hecho, varios autores de trabajos empíricos, como los prestigiosos Martin Seligman y Christopher Peterson, han conseguido clasificarlas. Han llegado a la conclusión de que son 24 y las han distribuido temáticamente en seis categorías:




Sabiduría y conocimiento. Fortalezas cognitivas relacionadas con el conocimiento, su uso y la manera de adquirirlo.

  • Curiosidad e interés por el mundo.
  • Amor por el conocimiento y el aprendizaje.
  • Juicio, pensamiento crítico, mentalidad abierta.
  • Ingenio, originalidad, inteligencia práctica.
  • Perspectiva.


Coraje. Fortalezas emocionales orientadas a alcanzar metas y objetivos ante situaciones difíciles.

  • Valentía.
  • Perseverancia y diligencia.
  • Integridad, honestidad, autenticidad.
  • Vitalidad y pasión por las cosas.

Humanidad. Fortalezas interpersonales orientadas a ofrecer afecto, cariño y a cuidar a los demás

  • Amor, apego, capacidad de amar y ser amado.
  • Simpatía, amabilidad, generosidad.
  • Inteligencia emocional, personal y social.

Justicia. Fortalezas cívicas que favorecen situaciones de armonía social para la convivencia con los demás

  • Ciudadanía, civismo, lealtad, trabajo en equipo.
  • Sentido de la justicia, equidad.
  • Liderazgo.

Moderación. Fortalezas que nos protegen de caer en el exceso y la desproporción.

  • Capacidad de perdonar, misericordia.
  • Modestia, humildad.
  • Prudencia, discreción, cautela.
  • Autocontrol, autorregulación. 
 
Trascendencia. Fortalezas que otorgan significado a la vida.
  • Apreciación de la belleza y la excelencia, capacidad de asombro.
  • Gratitud.
  • Esperanza, optimismo, proyección hacia el futuro.
  • Sentido del humor.
  • Espiritualidad, fe, sentido religioso. 

A la vista de esta extensa lista, parece evidente que no todo el mundo tiene todas las fortalezas igualmente desarrolladas; de hecho, cada persona tiene su propio mapa de virtudes y fortalezas, y por ello debemos conocer cuáles son y cómo potenciarlas, muy especialmente en los niños. Según Vera Poseck, de las 24 fortalezas citadas, cinco están directamente relacionadas con la satisfacción con la vida:
  • Gratitud
  • Optimismo
  • Entusiasmo
  • Curiosidad
  • Capacidad de amar y de ser amado.

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