Cuando el material de estudio está trabajado, organizado
y bien estructurado se aprende más fácilmente.
Nuestro cerebro
funciona mucho mejor si primero trabamos la información y luego la memorizamos.
Para tener un buen material de estudio hay que empezar por acudir a clase
con regularidad y tomar uno sus propios apuntes.
No es lo mismo
trabajar uno con sus apuntes que con los apuntes fotocopiados de algún
compañero.
Una vez tomados los apuntes lo primero que hay que hacer es revisarlos,
si es posible esa misma tarde: comprobar si están completos y se entienden. En
caso contrario habrá que subsanar a la mayor brevedad esas deficiencias.
Algunos estudiantes pasan sus apuntes a limpio, labor que requiere mucho
tiempo. No obstante, poniendo un poco de cuidado a la hora de tomarlos no será
necesario y se podrá utilizar ese tiempo en avanzar en su estudio.
Los apuntes se deben completar en casa con el libro de
texto, y si es posible con algún otro libro de consulta recomendado por el
profesor.
Por eso, se deben
tomar en hojas clasificables de modo que sea fácil incorporar una hoja
adicional con más información.
Estos apuntes ya trabajados y completados constituyen el principal material
de estudio.
Una vez ya en pleno aprendizaje, y tras un primer estudio comprensivo,
resulta muy útil elaborar unas fichas resumen (una por cada lección) muy
breves (una cara de un folio o a lo sumo dos) en las que se recojan los
datos principales de la lección:
Estructura de la misma, apartados y sub-apartados, principales ideas, otros
datos relevantes (nombres, fechas, etc.) y ejemplos más significativos.Se trata
de un resumen esquemático de la lección que nos permita con un simple
vistazo situarnos.Además estas fichas son muy útiles para los repasos.
La simple elaboración de estas fichas supone ya un importante esfuerzo de
aprendizaje ya que requiere un ejercicio de síntesis muy útil que facilitará
posteriormente su memorización.
Estas fichas resúmenes se pueden repasar en tiempos sueltos (por
ejemplo, esperando el autobús, en el vagón del metro, en la cama antes de
costarse...), de modo que nos ayude a mantener frescos los conocimientos adquiridos.
En la elaboración de estas fichas se puede utilizar la metodología de los mapas
mentales:
Se extrae la idea principal de la lección y se escribe en el centro
del folio. De ahí salen ramificaciones donde se recogen otras ideas
relevantes y secundarias.En el mapa mental se recogen de forma muy escueta,
fechas, ideas o pequeñas frases que ayuden a recordar la lección.En la
elaboración de estos mapas mentales se pueden utilizar 2 colores, dejando el
rojo para destacar aquellos datos más relevantes.
El mapa mental permite tener una visión global de la asignatura.
Además junto a los conceptos memorizados tendremos grabados en la mente una
imagen del esquema-resumen lo cual nos facilitará su recuerdo.
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