Uno de los principales problemas que afectan a los estudiantes es la falta
de método de estudio y de planificación.
1.- Falta de método de estudio
A veces el estudiante
pasa muchas horas delante de los libros pero tiene la sensación de que
son horas que le cunden muy poco.
Carecen de un sistema
eficaz de trabajo: apuntes incompletos, difíciles de entender; no tienen
una visión global de la asignatura; tratan de memorizar repitiendo, sin
asimilar; no hacen los deberes en su momento, etc.
No saben como estudiar
una asignatura, no conocen las distintas fases del estudio (lectura inicial, comprensión,
subrayado, elaboración de fichas-resumen, memorización, repasos sucesivos, repaso
final).
Son desorganizados, no tienen fijadas unas horas de
estudio determinadas sino que cada día van cambiando. Tampoco tienen un lugar
fijo de estudio donde puedan tener todo su material organizado; no cuidan que
el entorno sea suficientemente tranquilo.
Pierden mucho el tiempo, la mayoría de las veces
inconscientemente: se levantan frecuentemente, leen y vuelven a leer pero sin
profundizar, estudian con los amigos pero sin aprovechar l tiempo, etc.
Predomina la cantidad de horas de estudio sobre la calidad del tiempo
dedicado.
2.- Falta de planificación
No saben organizar el
tiempo disponible, lo que se traduce, cuando se acercan los exámenes,
en la sensación de que les ha "pillado el toro".
Comenzó el curso, pensaban que quedaba mucho tiempo hasta los exámenes pero
el curso ha ido pasando rápidamente y cuando quieren reaccionar es ya demasiado
tarde, no hay tiempo de preparar bien las asignaturas.
Algunos estudiantes deciden entonces dejar un par de asignaturas para
septiembre y tratar de centrase en las otras.
De entrada ya tienen dos asignaturas suspendidas y si del resto fallan en
alguna(s) se pueden ver con 3 / 4 asignaturas para verano con lo que se han
quedado sin vacaciones.
A veces son
estudiantes que llevan medianamente bien las asignaturas, pero que no saben
planificar las semanas de los exámenes, ver con que tiempo cuentan entre
examen y examen para repasar.
Se les termina
amontonando el trabajo, no disponen del tiempo suficiente para los repasos
necesarios y terminan suspendiendo asignaturas que conocían pero a las que les
ha faltado una última revisión.
3.- No llevan la asignatura al día
Son alumnos que van
estudiando, pero siempre por detrás del ritmo de la clase, con varias
lecciones desfasadas.
Esto les dificulta seguir las explicaciones del profesor, desaprovechando
esta primera y fundamental toma de contacto con la materia.
Como tampoco han resuelto los deberes del día, sino que van varias
lecciones por detrás, las correcciones en clase apenas les aporta algo.
4.- Falta de ambición
Muchos estudiantes se contentan con aprobar las asignaturas y pasar
al siguiente curso, no se plantean lograr notas brillantes, lo que se traduce
muchas veces en la ley del mínimo esfuerzo (hacer lo necesario para
aprobar y nada más).
Esto les deja sin margen de seguridad.
Si un estudiante se prepara pasa obtener como mínimo un 8, si el examen le
sale mal es muy probable que obtenga al menos un 5 o un 6, con lo que habrá
aprobado.
Si por el contrario se prepara para obtener tan sólo un 5, si le va mal el
examen es probable que termine con un 3 o un 4, suspendiéndolo.
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