El estudiante debe ir a clase diariamente y tomar sus propios apuntes. Con ello tendrá
adelantado gran parte del trabajo que tendría que realizar posteriormente en
casa.
La retención de lo que explica el profesor es notablemente mayor cuando uno
anota lo que dice que cuando se limita a escuchar.
En relación con los apuntes los alumnos suelen cometer los
siguientes errores:
1.- Copiar de forma literal todo lo que dice el profesor. La rapidez que esto
exige se traduce normalmente en una letra ilegible, pérdida del hilo conductor
y que se recojan ideas incompletas, sin sentido, pérdidas de datos de interés,
etc.
2.- No repasar los apuntes después de clase o esa misma tarde para ver si se
entienden y están completos, corrigiendo las posibles deficiencias.
Los apuntes quedan aparcados y cuando semanas más tardes se vuelve sobre
ellos resulta que la letra no se entiende, que los conceptos no están claros,
se echan en falta ciertas ideas que explicó el profesor, etc.
Esto genera entonces una importante pérdida de tiempo justo cuando el
tiempo apremia: hay que quedar con un compañero, chequear apuntes, hacer
fotocopias, tratar de descifrarlos, etc.
3.- Otro error muy grave es prescindir de tomar apuntes propios (a
veces faltando a clase) y limitarse a fotocopiar los de algún compañero.
Además de ser poco ético, ya que uno se aprovecha del trabajo de un compañero,
conlleva serios inconvenientes: a veces no se entiende la letra o las
abreviaciones, muchas veces no resultan claros (el compañero que ha asistido a
clase puede que no anote ciertas explicaciones del profesor que le resulten
evidentes, mientras que la persona que no ha asistido a clase no dispone de esa
información).
La utilidad de los apuntes es tanto mayor cuanto más personales son.
El estudiante debe ser consciente de la importancia de tomar buenos
apuntes:
Existe una correlación
significativa entre saber tomar buenos apuntes y capacidad de aprendizaje.
A la hora de tomar apuntes es conveniente:
1. - Llevar el material necesario: un par de bolígrafos azules o negro
(por si uno falla), otro bolígrafo rojo, papel suficiente y cualquier otro material
que pueda necesitar (lápiz, goma...).
2.- Escuchar con atención al profesor: antes de escribir
hay que oír al profesor, comprender lo que dice, y sólo entonces anotar las
ideas esenciales, describiéndolas con las propias palabras. Esto exige prestar mucha
atención. Los apuntes deben ser concisos pero comprensibles, recogiendo todas
las ideas relevantes y los detalles significativos.
3.- Enumerar las hojas: facilita el tenerlas ordenadas, que no
se traspapelen. En la esquina superior se indicará la materia de la que se
trata y la fecha.
4.- Cada tema debe comenzar en un nuevo folio: esto permite añadir
al final de cada lección información adicional.
5.- Dejar márgenes laterales amplios: permite
posteriormente completar los apuntes con información de otras fuentes.
6.- Títulos y subtítulos: hay que estar atentos a las exposición
del profesor y anotar las cabeceras de los nuevos apartados o sub-apartados,
escribiéndolas con bolígrafo rojo.
Una estructura clara de los apuntes facilita posteriormente su lectura y
estudio.
También es conveniente utilizar en los apuntes flechas, señales,
diagramas, etc.; todo aquello que facilite su comprensión.
7.- Usar clasificadores de anillas: permite posteriormente intercalar
hojas adicionales con información complementaria.
No se deben tener los apuntes en hojas sueltas, amontonadas, ya que se pueden
traspapelar o perder, además de arrugarse con facilidad. Unas hojas apiladas
transmiten cierta imagen de desorden que no invita a la concentración.
Hay que tratar de mejorar la velocidad de escritura:
1.- Utilizando abreviaciones:
información (inf.),
ejemplo (ej.), extraordinario (extr.)
2.- Eliminando algunas vocales:
Tengo un examen el próximo jueves
Teng exmn prox. jvs
3.- Sustituyendo terminaciones habituales por signos o números:
fácilmente (fácil-)
separados (separa2), entre (en3)
4.- Sustituyendo palabras por símbolos o por letras:
por (x), mas (+),
mayor (>), menor (<), menos (-) que (q)
¿Hay que pasar los apuntes a limpio? Realmente no es
necesario. Si se cuida mínimamente la letra cuando se toman apuntes no será
necesario pasarlos luego a limpio.
Además, esto exige mucho tiempo, el cual se podría dedicar a avanzar en el
estudio (completar los apuntes con otras fuentes, leerlos en profundidad,
comenzar a estudiarlos, etc.)
Cada día por la tarde el estudiante debe releer los apuntes tomados ese
día, con vistas a:
1.- Tratar de comprenderlos y familiarizarse con ellos (es más fácil ahora
que todavía están "frescos").
2.- Comprobar si están completos y en caso contrario contactar con algún
compañero para corregirlos.
3.- Completarlos con información del libro de texto o de algún otro libro
de consulta.
Este trabajo que hagas ahora te facilitará enormemente el estudio posterior de la lección ya que
la información resultará más familiar.
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