El lugar de estudio debe ser lo más cómodo posible, de forma que uno se
pueda concentrar completamente en el trabajo.
Debe ser una habitación suficientemente silenciosa: cualquier ruido
distrae y dificulta la concentración.
Es preferible estudiar en silencio, sin música, o en todo caso con
una música tranquila (preferiblemente música clásica) a bajo volumen.
No se debe estudiar viendo la tele (al final ni se estudia bien ni se ve
la tele bien). El estudiante se engaña a si mismo: como ha estado mucho tiempo
con los libros considera que ha trabajado duro, pero realmente lo único que he
hecho ha sido perder el tiempo.
Hay que cuidar la luz y la temperatura de la habitación.
La habitación debe estar suficientemente (no excesivamente) iluminada,
preferiblemente con luz natural.
Si se trata de luz artificial es preferible combinar una luz
indirecta que ilumine toda la habitación y un foco centrado en la mesa
(preferiblemente con bombilla azul).
Hay que evitar la iluminación con tubos fluorescentes, así
como estudiar en una habitación oscura con un potente foco iluminando la
mesa. En ambos casos puede producir fatiga.
El estudiante no debe tener sensación de frío ni de calor.
Lo ideal es una
temperatura entre 18 y 22 grados.
La habitación se debe ventilar regularmente; se pueden utilizar
los breves descansos intermedios de 5 minutos para abrir las ventas.
El rendimiento del
cerebro es muy sensible al nivel de oxígeno, por ello hay que procurar ir
renovando regularmente el aire de la habitación.
La mesa de trabajo debe ser amplia y la silla cómoda.
Hay que estudiar sentado delante de una mesa y no retumbado en un
sofá o recostado en la cama, ya que ello dificulta la concentración. Aunque
pueda resultar una forma de trabajar más relajada y placentera, al final no es
sino una pérdida de tiempo que habrá que recuperar.
La amplitud de la mesa debe permitir disponer a mano de todo el
material de estudio que se vaya a necesitar. Hay que evitar una mesa
pequeña en la que estén los libros amontonados.
El estudiante debe trabajar siempre en el mismo lugar, a ser posible en su
habitación y con la puerta cerrada, lo que le permite generar una rutina que le
facilita la concentración.
Si se cambia de sitio
de estudio, en cada lugar uno encontrará cosas que le resulten curiosas y
llamen su atención, distrayéndole del estudio. Además, en su habitación uno
podrá tener todo su material organizado y a mano.
Se debe evitar ir a casa de un amigo/a a estudiar, ya que aunque se
pase un rato muy agradable y divertido, normalmente se estudia poco, el
tiempo apenas cunde. Esto obliga a recuperar más tarde el tiempo perdido.
El estudiante debe tratar de maximizar la utilidad de sus horas de
estudio, lo que le permitirá terminar de estudiar antes y tener más tiempo
para el descanso u otras actividades.
Si el tiempo de estudio no se aprovecha habrá que dedicar más adelante
horas extras para recuperar el tiempo perdido.
El estudiante debe evitar horas de estudio "cómodas" o
"entretenidas" porque en el fondo suelen esconder un
desaprovechamiento del tiempo.
Tampoco es recomendable trabajar a una sala de estudio o una biblioteca
pública (salvo que no se disponga de otra alternativa) ya que los riesgos de distracción
(y por tanto, de perder el tiempo) aumentan considerablemente.
Ir a la biblioteca puede ser muy divertido (coincidir con amigos, charlar
un rato, etc.) pero se corre el riesgo de no aprovechar convenientemente el
tiempo. Sólo el tiempo que se emplea en el desplazamiento justifica en muchos
casos que no compense ir a estos sitios, sobre todo si se dispone de una
habitación suficientemente cómoda en casa.
Sin embargo, estos lugares públicos sí pueden ser muy interesantes
cuando de lo que se trata es de buscar información adicional para completar
los apuntes, para realizar algún trabajo, etc.
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