23 de octubre de 2012

A veces hay que parar....

Buenas noches.

Vuelvo tras un tiempo de aparente relax, en el que no me he sentido muy creativa.
A veces, conociéndonos un poquito, reconocemos señales que nos hacen darnos cuenta de que algo no va bien.... En mi caso, ésto ocurre cuando profesionalmente siento que podría hacer aun mucho más. No es ambición,  simplemente la necesidad interior de sumar a otros, aportar todo lo que pueda, ayudar.
Y esto ocurre porque a veces nos acomodamos en una zona de confort, apacible, donde creemos sentirnos bien, nada más lejos de la realidad. Repetimos día a día las mismas rutinas, rutinas que llegan a ser  una carcel para nuestro crecimiento interior... ocurre a no pocas personas, entre las que me encuentro.
Si no hacemos algo por salir de este bucle, la espiral crecerá hasta asfixiarnos, y yo me niego a morir en vida.
Por eso, cuando nos sintamos interiormente vacíos, cuando nos despertemos sin ganas de ir a trabajar por la mañana, a pesar de que nuestro trabajo nos apasione, debemos abrir los ojos y escuchar a nuestro interior que nos pide a gritos VIVIR. No existir, VIVIR.

Mil gracias a quien me hace darme cuenta de lo bello que es VIVIR y todo lo que puedo APORTAR.

No hay comentarios:

Publicar un comentario