La
ansiedad es un estado de activación, por el que el organismo se prepara ante una
situación de alarma. En condiciones normales, permite dar una respuesta
adaptativa a estímulos externos que podrían ser peligrosos.
Este aspecto adaptativo y beneficioso de la ansiedad, es
probablemente el más desconocido entre la población general y el mejor conocido
por coaches, entrenadores y psicólogos deportivos, que desde siempre han sabido
que para lograr un rendimiento òptimo de sus alumnos, se requería que estos no
estuviesen excesivamente relajados, sino por el contrario se encontrasen en un
ligero estado de activación.
Niveles bajos y
medios de un estresor, hacen que este actúe como energizante y en consecuencia
facilite la actuación, el desempeño y la ejecución en cualquier tarea, mientras
que al contrario, cuando se elevan demasiado los niveles de intensidad del
estresor, la activación es interfiriente y entorpece la ejecución, hasta llegar a bloquear cualquier tipo de respuesta.No
obstante hay que señalar que los efectos positivos o negativos del estrés, se
encuentra mediado por la capacidad de afrontamiento al estrés que posea del
sujeto. A mayor capacidad de afrontamiento, se toleran niveles más altos de
intensidad del estresor y a menor capacidad de afrontamiento se producirán
mayores niveles de estrés ante cantidades menores de estresor.
La regulación de la ansiedad, es uno de los aspectos más
problemáticos con que nos encontramos hoy en día, pues nuestro primitivo
sistema de detección de amenazas y peligros no ha seguido un rítmo adecuado de
adaptación a la necesidades actuales. Este primitivo sistema de lucha huida,
puede verse igualmente activado ante un acontecimiento de enormes proporciones
como por otros casi insignificantes o al contrario no gozar de la activación
suficiente, ante acontecimientos de importancia considerable.
Enseñarnos a encontrar ese punto justo de rendimiento óptimo,
entre la ansiedad energizante y la ansiedad que nos paraliza es la labor de
muchos psicólogos y entrenadores personales. Encontrar ese punto óptimo no sólo
es importante para lograr un adecuado rendimiento en tareas deportivas sino
también en otros ámbitos como el laboral, estudiantil o social. Muchas veces el
rendimiento de un estudiante o de un trabajador o de una persona en determinadas
situaciones sociales, se ve alterado, no por desconocimiento de la tarea si no
porque no es capaz de lograr el nivel adecuado de activación( por exceso o
defecto) durante el proceso de ejecución.
Ante un exceso de activación puede ser necesario entrenarnos en determinadas técnicas reductoras de la ansiedad como puede ser la
relajación, respiración profunda, meditación. Determinadas técnicas cognitivas
son útiles para enseñarle a controlar el diálogo autodestructivo frente a sus
temores y preocupaciones así como a focalizar su atención en la tarea en vez
sobre lo síntomas físicos de la ansiedad. Por el contrario en individuos que
requieren un aumento de la activación para la mejora de su rendimiento, puede
ser útil la entrevista motivacional o determinadas técnicas cognitivas para
fomentar el diálogo auto-estimulante o focalizar atención e los signos de
activación.
Como hemos visto, un poco de ansiedad nos permite lograr ese
pico de rendimiento óptimo en cualquier tarea. Es necesario por tanto, aprender
a encontrar ese punto entre la excesiva calma y el nerviosismo extremo, ese
lugar que algunos profesionales e investigadores denominan “punto dulce de
ansiedad” en el que se logra el máximo rendimiento, evitando cruzar la línea
donde el excesivo nivel de ansiedad hace que nuestro rendimiento caiga empicado.
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